Hay que ver lo que hace una mala prensa por cientos y cientos de años


El cartelito es medio amarillista pero el mensaje es válido, aquí van los significados de estas palabras (según Wikipedia)

Demonio:
Daimōn (δαίμων) es una palabra del griego antiguo para "espíritu" o "poder divino", similar al numen o al genio de la mitología romana. El Diccionario Merriam-Webster le otorga su origen etimológico a partir del verbo griego daiesthai que significa "dividir, distribuir." La concepción griega de un daimon aparece claramente en las obras de Platón, dónde se describe así a la inspiración divina de Sócrates. Para distinguir al concepto clásico griego de su posterior interpretación cristiana, es usualmente aplicado el término daemon o daimon en vez de demonio.
El término griego no tiene connotaciones de maldad o malevolencia. De hecho, Eudaimonia (εὐδαιμονία), significa literalmente "buen espíritu", así como también "felicidad". El término adquirió su actual connotación malévola en la septuaginta (o Biblia de los 70 sabios) traducción al griego de la Biblia Hebrea ordenada por Ptolomeo IIº para la Biblioteca de Alejandría, pero basándose en la mitología de las antiguas religiones semíticas. Esta connotación fue heredada por el texto en koiné del Nuevo Testamento.

Lucifer:
Lucifer (del latín lux "luz" y fero "llevar": "portador de luz") es, en la mitología romana, el equivalente del dios griego llamado Fósforo o Eósforo (Έωσφόρος) “el portador de la Aurora”; Este concepto se mantuvo en la antigua astrología romana en la noción de la stella matutina (el lucero del alba) contrapuesto a la stella vespertina o el véspere (el lucero de la tarde o véspero), nombres éstos que remitían al planeta Venus, que según la época del año se puede ver cerca del horizonte antes del amanecer o después del atardecer.
En la tradición cristiana, Lucifer representa al ángel caído, ejemplo de belleza y sabiduría a quien la soberbia condujo a los infiernos, transformándose en Satanás.

Satanás:
El nombre Satanás -o Satán- deriva del latín Satāna, y éste a su vez del arameo הַשָּׂטָן, ha-shatán, «adversario, enemigo, acusador». Aunque luego se le menciona como un espía errante de Dios sobre la Tierra, el sentido primario, de la raíz שטן (štn, «impedir, hostigar, oponerse»), sería simplemente el de «enemigo».